Manifiesto NiNí

rafael uzcategui

Rafael Uzcátegui

Desde el año 2002, por lo menos, el país ha estado cautivo por una intensa polarización, que entre otras consecuencias ha infantilizado el pensamiento y ha pervertido, bajo la lógica del chantaje unitario, las maneras de hacer política. La electoralización de la estrategia polarizada y polarizante ha servido para que diferentes analistas identifiquen una zona gris de personas cuya identidad primaria no es “chavista” o “opositor”, susceptible de ser atraída, momentáneamente, con los mensajes correctos. A pesar de esta variable comicial, muchas personas que conozco –entre las que me incluyo- no compartimos ser identificados de esa manera. Algunos, aunque han compartido la lógica del “enemigo menor”, quieren otra cosa. Otros hemos rechazado ambas vertientes, condenándonos a la soledad. Tras 15 años la construcción de identidades políticas diferentes no es únicamente el deseo de algunos y algunas. Hoy es una necesidad para oxigenar el viciado panorama político del país, reinventar dinámicas movimientistas y recuperar una institucionalidad democrática que responda a las necesidades de la gente. A pesar de lo contracorriente, hay quienes ejercemos el derecho a ser diferentes. Reconociendo lo positivo de la experiencia bolivariana (sus avances normativos por ejemplo), pero rechazando decididamente su vocación unívoca, totalizante y autoritaria; siendo actores no estatales que valoran la diversidad presente en la oposición política, pero cuestionando la mitificación del pasado (“éramos felices y no lo sabíamos”), sin dejar de valorar la cultura democrática creada entre nosotros a partir de 1958, reconociendo en el proyecto chavista realmente existente la continuación, que no la ruptura, de las tradiciones políticas y societarias del siglo XX venezolano.

No somos pocos para quienes las explicaciones simplistas del conflicto constituyen un insulto a la inteligencia, y quienes desde hace años no nos contamos en la audiencia de medios privados y estatales porque sus contenidos, sencillamente, están dirigidos a “otro target”.  Esos, estamos buscando algo diferente al Gran Polo Patriótico y la Mesa de la Unidad Democrática. Y como no pretendemos soluciones mágicas de un día para otro, aun no lo encontramos, pero confiamos en que algún día nuestra alteridad tenga expresiones orgánicas, simbólicas y culturales que incidan en el escenario político. Creemos, para que quede claro, que son expresiones legítimas como cualquier otra, y no deslegitimaremos ni criminalizaremos a nadie por adherirse a ellas, pero el gobierno y la oposición no nos representan, nuestros deseos hace rato que no se reflejan en sus discursos, nuestras maneras de ser y estar en el mundo son diferentes a los hechos consecuentes de sus actuaciones. Muy pronto tendrán noticias de nosotros y nosotras. @fanzinero


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